EL SERVICIO CON PROPOSITO PARTE 3

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“El cristiano debe mirar el servicio como un privilegio y como principio de vida entendiendo la grandeza del Señor. Quien ama, sirve, honra y glorifica al Señor vive como un verdadero Cristiano sin dificultad”.


Los Ujieres representan una poderosa herramienta para la extensión del Reino de Dios. Son hombres y mujeres que sirven a Cristo desde el privilegio del servicio. 

En apariencia su trabajo pasa desapercibido, pero ellos son la carta de presentación de nuestras congregaciones.


  • De la atención que le brindemos a los nuevos visitantes depende de si regresarán o no.

  • El primer impacto es fundamental, como asegura la sicología y si ellos son atentos y atienden bien a los creyentes nuevos, sin duda volverán.


"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís" (Colosenses 3: 23-24).


Sirviendo a Dios con corazón, convicción y perseverancia.



¿Cuándo honramos a Dios? 





Esencialmente cuando nos movemos conforme a Su voluntad, y sumamos un ingrediente que es esencial: el servicio. Es una señal que identifica a los seguidores del amado Maestro.


Por ese motivo, algo que aprenderemos hoy es que uno de los distintivos del cristianismo, antes que una espada—por aquello de que el reino de Dios lo arrebatan los valientes—es realmente una toalla, elemento que está asociado con el servicio (Juan 13:4, 5) Servir, además, llevar a la práctica, el amor que profesamos a Cristo y al prójimo.


1. El servicio, una forma practica de honrar y glorificar a Dios 


Cuando el Señor Jesucristo lavó los pies de sus discípulos fue el primero en tomar la iniciativa de servir (Juan 13:4, 5) 1.1.- A partir de lo que hizo el Señor Jesús entendemos que el símbolo de los cristianos es una toalla y no una espada.


2. Las presiones y circunstancias adversas prueban si de veras tenemos una disposición firme para el servicio.


Dios es honrado cuando—en nuestra condición de siervos—cumplimos la misión con fidelidad, obediencia y gozo.


El cristiano comprometido debe aprender el valor del servicio (Lucas 22:24-30) Considerar que servir con humildad es desmejorar nuestra condición privilegiada de líderes, es una actitud egoísta que no honra ni glorifica a Dios (25, 26)Delante de Dios se privilegia el servicio (27). 


Cuando servimos de corazón, con convicción y gozo, Dios nos permite dónde debemos servir (Juan 4:35-38)


La vocación de servicio del Señor Jesús le llevó a experimentar gozo en el sacrificio por nuestra redención (Hebreos 12:1, 2)


3. Solo un encuentro real con el Señor Jesucristo nos transforma, como hizo con Saulo que llegó a ser Pablo. Un cambio definitivo.


Si se lo pedimos, el Señor Jesús nos mostrará las áreas y personas a las que debemos servir.


El amor del siervo es un amor en acción (1 Juan 3:10, 11)


Si miramos con los ojos del Señor Jesús comprenderemos la grandeza de servir.


4. La fidelidad a Cristo nos transforma en servidores que dejan huellas 


La fidelidad a Cristo nos hace diferentes (Mateo 5:13). El apóstol Pedro permaneció fiel a Cristo, a pesar de que le negó en un momento crucial. Se arrepintió, cambió y fue fiel en adelante.


La fidelidad a Cristo le permite al servidor, avanzar hacia sus metas, sueños y proyectos, por encima de los obstáculos.


El siervo fiel podrá llegar a nuevos niveles de crecimiento personal y espiritual (Mateo 25:21)


La fidelidad a Cristo le permite al servidor levantarse de sus fallas y aparentes fracasos. El siervo debe evaluar si es fiel al ministerio de servicio al que fue llamado (1 Corintios 4.1, 2)


Cada día el siervo debe mejorar en el servicio. 


El Señor Jesucristo puso en claro que las metas del Reino de Dios son opuestas a las metas del mundo secular.


La grandeza del Reino de Dios se mide en términos de servicio, y Jesús mismo fue el mejor ejemplo (Marcos 10:45). Servir es uno de los énfasis principales que encontramos en la Biblia.


Existen más de 1400 referencias con relación al servir en sus diferentes acepciones. Es obvio que las personas más usadas por Dios son las que están más dispuestas a ser servidoras. Servir es un estilo de vida, una actitud, una relación.


Servir, con voluntad propia, por el bien del otro, perfecciona al que sirve, solo un ser humano que se posee así mismo, puede darse libre y responsablemente a otra persona.



Servir a alguien, es muestra de gran riqueza interior, porque la auto-donación voluntaria para ayudar a los demás, hace que el ser humano sea más hombre, pues se autoposee a tal grado que es capaz de servir a los demás consciente y libremente, logrando que al servir el ser humano se autorrealice.






Al servir, la Persona desarrolla y consolida principalmente cuatro hábitos buenos:


1. Generosidad, olvidarse de uno para interesarse en los demás.


2. Discreción, servir, sin ostentar, sin hacer sentir mal a quien se sirve.


3. Prudencia, servir cuando o, y como se debe servir.


4. Amor, al preocuparse por darle a cada quien lo que necesita sin esperar recompensa


El antiguo concepto en cuanto el servicio era que uno hacía algo por otra persona para ayudarla. Pero hoy día, en esta era del auto servicio, lo más importante es ser el Número Uno.


El servicio es un concepto en extinción, a menos que uno esté hablando de autoservicio: Búsquelo usted mismo, cárguelo usted mismo, sírvase usted mismo.


Hasta en las iglesias la idea de ayudar a otros pierde cada vez más terreno: Asistimos a la "Celebración" para sentarnos en una cómoda silla disfrutar de una buena selección musical, de oraciones y predicación en un ambiente agradable. 


Cuánto mejor nos sintamos después de un buen rato, tanto mejor opinamos acerca del "servicio". Apenas una pequeña minoría hace algo más que simplemente sentarse y escuchar.


Algunos sienten que han "servido a Dios" por haber estado en la Celebración, pero realmente somos nosotros quienes hemos sido servidos por el predicador o por el maestro, por el grupo de adoración y los ujieres.


El servicio es obediencia agradable y agradecida a Dios expresada en actos de amor al prójimo (Filipenses 2: 4 – 8).


Si usted puede llevarse bien con la gente, puede ser un líder eficaz. El liderazgo es lo que se hace en relación con las personas, no algo que se "hace a" o "por" su gente.


El liderazgo relacionado con el crecimiento de la iglesia no es nada más que trabajar "con" y "por medio" de las personas para llevar a cabo la Gran Comisión.


Por lo tanto, las personas de la iglesia son los recursos de mayor importancia para el crecimiento. 


Para ser un líder eficaz, se tiene que creer en el valor de las personas. Estas no son objetos o simplemente trabajadores para ser mandados.


No son objetos en los cuales ensayamos nuestras técnicas o "peones de ajedrez" para ayudar al pastor a alcanzar sus metas de crecimiento.


Son personas únicas, creadas a la imagen de Dios. Son tesoros preciosos confiados a mayordomos; y por consiguiente, la meta de cada líder debe ser la de capacitar a cada individuo para cumplir su potencial dado por Dios.


Esto a la vez es una responsabilidad tremenda y una oportunidad. El maestro - líder tiene la oportunidad y la responsabilidad de ayudar a otros individuos a desarrollarse.



Recuerda esta semana tu actitud, determinará que el poder de Dios se manifieste en tu vida, NO te quejes, NO cuestiones a Dios, si no que adórale, confía en él, y habla con el y veras su poder y misericordia.

Señor mi Dios, haz de mí una persona osada y fuerte frente a las dificultades de esta vida. Yo creo que tú nunca me dejas solo, por eso puedo ser valiente y equilibrado para superar cada problema o dificultad. Tus potentes manos me dan aliento y me guían en la dirección correcta. Ayúdame a caminar, hablar y hacer todas las cosas de acuerdo con tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.

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